16 de septiembre de 2007

Carta manuscrita al paja empedernido (ahora devenido en Mariano Grondona de las relaciones amorosas) - II

Seguramente te sentirás ofendido al leer en el título de la carta “paja empedernido”. Y dirás que apuntar a cuestiones tan personales es propio de un idiota, de alguien que no puede emplear un discurso más desarrollado y cae en simplezas, de un Rial cualquiera. Y por ahí tengas razón, pero no me iba a quedar con las ganas de decirtelo, sobre todo desde que me enteré que tenés la colección completa de vídeos de Wanda Nara y no me la querés prestar porque no podés dejar de verla.

Me tratás de feuerbachiano, cuando está claro que lo que yo quiero no es simplemente desmitificar aquellas frases, de ese modo la verdad aparecería como algo revelado y yo no soy ningún profeta de las relaciones amorosas contemporáneas. Lo que mi texto pretende a partir de ejemplos es generar las categorías analíticas para que cualquier persona, sin tener que haber leído tres veces El Capital pueda analizar críticamente la realidad que los circunda.

Para vos, academicista, la revolución se va a hacer en la universidad. ¿En cual universidad? ¿En la que no entra en contacto con la sociedad que al rodea? ¿O la que tiene carteles de Eukanuba auspiciando aulas? La verdadera lucha hay que llevarla adelante en cada campo de las relaciones sociales, no sólo sirve con tener un mail rebelde: nomeinteresaloquetengasparadecir@soyreloco.com.ar. Tu postura no hace más que retroceder millones de años la lucha por las reivindicaciones femeninas; no me extrañaría que cualquier día de estos salgas a la calle con un garrote para darle por la cabeza a una chica y así poder procrearte.

Si alguna vez, los que pensamos así logramos vencer frente a Homus Erectus como vos, la evolución humana habrá dado un salto cualitativo sin precedentes. Porque por fin las mujeres serán incluidas, y nuestra especie dejará de llamarse “Hombre”, para ser Humanos. Y con esto no quiero caer en cualquier vil humanismo, que en lo único que se diferencian con la religión es que no tienen un díos a quien rezarle sino categorías socialmente construidas. El vocablo “Hombre” para denominar a la especie, oculta en sí un sistema de relaciones sociales machistas, retrogradas, que vos pareces defender.

Ya para ir terminando, porque tampoco quiero dedicarte tanto tiempo, te digo que realmente me ofendiste. Porque me podrán acusar de homosexual, que le pego a mi abuela, de judío, de pollerudo, de mílico, pero si hay algo que no soporto es que me acusen de hincha de independiente o de vegetariano. Si a mí me dieran una media res por semana haría felices a muchas personas, sobretodo a mí. Bueno de milico tampoco.

Si para conquistar a alguien tengo que erigir un edificio de falsedades prefiero hacer el amor en un poema.

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